A la marcha veloz del pensamiento
obstáculos el mundo pone en vano,
sólo el débil se abate al sufrimiento:
el genio es invencible y soberano.
Colón, Colón, renueva tu ardimiento,
ven, ya te espera el hemisferio indiano,
y en frágil nave, desafiando al viento,
hiende en pos de tu gloria el océano.
Tu genio el globo misterioso abarca,
de pie sobre el timón, audaz piloto,
siempre al oeste, siempre va tu barca,
¡Oh, gozo! ¡Oh, triunfo! en el confín remoto,
naciendo el alba entre arreboles, marca
la extensa playa de este mundo ignoto.
Guillermo Matta.
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